¿El patriarcado nos jode a tdxs?
Se ha montado cierto debate en el facebook de Feministas Ácidas sobre el Meme Feminista que ironiza de forma abierta y contundente sobre la opresión de la masculinidad en el patriarcado. De la masculinidad heterosexual del hombre blanco y burgués.
Huyendo de cualquier tinte maternalista, la masculinidad patriarcal, como construcción económica, política, social, cultural e ideologíca es nefasta porque crea un modelo de macho dominante, de macho alfa cuyas únicas opciones se manejan entre en dominio y el ejercicio de la hegemonía, que emana directamente del patriarcado y les otorga un poder absoluto en todos los ámbitos, tanto públicos como privados. Tienen el poder, y por lo tanto, el meme en cuestión da en la diana del entramado capitalista-patriarcal que discrimina sistemáticamente a las mujeres y las condena a una violencia estructuras que sufrimos día a día y diene diversas manifestaciones (violencia física, sexual, económica, simbólica….)
Pero no todos los hombres heterosexuales de clases media (¿existe todavía la clase media?) son así, y el patriarcado les oprime. Y si bien es cierto que no les jode de la misma manera que a nosotras, también es un hecho constatable que no tienen, o no saben utilizar los instrumentos y redes que tenemos nosotras para intentar dinamitar los límites patriarcales. La presión social sobre el modelo de hombre igualitario es brutal.
Me pone muy nerviosa ese mensaje muy instaurado el el imaginario feminista de «juntas podemos». Está claro que juntas hemos logrado muchísimas cosas por medio de esa revolución silenciosa, o no tan silenciosa, que conecta diversas generaciones de mujeres, pero no podemos desarmar el patriarcado solas. Todas los sabemos. Siempre hay límites, en ocasiones terminamos dándonos siempre contra una barrera invisible….Soy consciente de que pocos hombres van a estar dispuestos a renunciar a sus privilegios para luchar por una sociedad feminista, pero creo que únicamente con su implicación podremos desmontar este sistema de poder. Otra cosa es si esta alianza nos interesa a todas.
Una última reflexión. Con estos mensajes me da la impresión de que se nos olvida que las mujeres somos un colectivo muy heterogéneo y en gran medida garantes de los privilegios masculinos. ¿O es que no existen mujeres heterosexuales, burguesas y blancas en el feminismo?
Gracias chicas por vuestro trabajo y constante inspiración!
En el caso de la homofobia, la mayoría de la gente cree que sólo nos afecta a homo/bisexuales, pero eso no es así. También afecta a heteros (sobre todo hombres) que no se atreven a ser más cariñosos con otros hombres para que no les tachen de marikas. Para las mujeres el tema suele ser más relajado porque se es mucho más permisivo a la hora de que dos mujeres se besen o abracen en público, siempre que no rebasen ciertos límites, claro.
No sé si este comentario venía a cuento, pero es algo que me ha evocado el texto…
Pues sí viene a cuento la verdad porque habla de construcciones patriarcales establecidas, de identificar de marika cualquier comportamiento que se salga de la masculinidad patriarcal.
Salud!
No creo que el meme pretendiese cuestionar en realidad la opresión a los hombres blancos, heterosexuales, de clase media… sino criticar la actitud que han tomado algunos de ellos para defenderse de acusaciones generales (quiero decir acusaciones hechas desde los feminismos a este «tipo» de hombres). Además, los memes son precisamente retratos de una actitud reconocible (de hecho, el término fue antropológico, en un principio), sobre todo en clave de humor. Puede malinterpretarse, pero tampoco es que se desate el infierno si ocurre.
En cuanto a contar con estos hombres para desmontar el patriarcado… pues ellos tienen tanta culpa de ser blancos, heterosexuales y de clase media como yo de ser todo lo que soy, tanta como tiene una madre soltera lesbiana negra en Texas, un trans cojo en Amberes o lo que sea. Tampoco es que haya opción en cuanto a contar con ellos, es necesario contar con ellos porque existen. De algún modo, su posición en esto puede ser la más incómoda, pues – con matices, como siempre – son ellos los que disfrutan de más privilegios, así que son más los privilegios de los que tienen que desprenderse. Hay que aclarar que estos privilegios (los de ellos y los de cualquiera) pueden darse en algunos ambientes y en otros ser considerados cualidades hostiles. Si yo voy a según qué sitios, no me gustaría que se me considerase racista por ser blanca. Aunque esta deseo tan honesto no me hace capaz de ver mis privilegios si no los he visto hasta entonces. Es posible hacernos ver estos privilegios de que disfrutamos, muchas veces sin quererlo. Nadie debe pedir perdón por ser lo que es, como nadie debe pedir perdón por llamar al orden cuando se le ofende. Es en la ofensa donde debe ponerse el acento. Visibilizar no a la víctima – excepto quizá en el papel de «me niego a ser víctima porque YO te digo qué es lo que estás haciendo (si te digo que tocarme el culo en un bar es acoso), sino a la ofensa: qué es lo que hace que esto me duela/joda/ofenda/irrite/cohíba/aterrorice.
Hacer visible la ofensa de tanta imagen de piel y carne sin trascendencia, de que el pelo liso, suelto y sedoso sea el único bonito, de que los seis protagonistas de «Friends» sean gente blanca, de que si existo y puedes verme sea porque estoy esperando que me folles, que me mires, que me digas lo guapa que estoy o que me mandes a hacerte un sandwich. Por poner ejemplos, vamos que lo mismo da. Uno de estos tipos blancos heteros de clase media no puede ponerse un vestido de flores, algo tan sencillo como eso. No es una gran opresión, pero indica muy bien hacia qué lado se inclinan las cosas.
Es muy cierto que la presión sobre el modelo de hombre igualitario es brutal. Según los ambientes, claro. Ser un tipo feminista en según qué sitios equivale a ser como una maravillosa criatura mitológica. Porque muchos tipos (y muchas tipas también, incluso más) son feministas sin saberlo. Puede que en ocasiones tanto ellas como ellos puedan defender actitudes de machismo de baja o media intensidad, o sentirse atacados por algunos puntos de según qué feminismos o según qué feministas. Pero no es nada raro, a veces hace falta un empujón para ver las cosas de otra manera.
Y ahora poniéndome personal y cursi, enlazo lo anterior con una frase que se ha hecho popular entre mis colegas: «Me están eclosionando los huevos que me pusiste en el cerebro». En este punto debo aclarar que mis colegas son, en su gran mayoría, hombres blancos heterosexuales de clase media. Y son los que más alegrías me dan. Me explico: aunque yo llevo bastante tiempo viéndome a mí misma como una persona feminista, por una serie de circunstancias, comencé a hablar de feminismo con ellos hace relativamente poco. Honestidad, ya sabéis cómo funciona, es contagiosa. Y ayer mismo, uno de ellos me cuenta que otra tipa le definió como feminista y se sintió muy halagado. Hace cosa de un mes, otro de ellos, movido por una historia fea que le pasó a su hermana (ella y sus amigas de 2º de bachillerato quisieron salir una noche sin los chicos y ellos empezaron a ponerlas de putas para arriba, todo un show), le está pasando textos feministas a la hermana y a la novia. Otro colega, estando en su pueblo, se encaró a sus amigos paletos de toda la vida cuando acosaban a una chica. Mi compañero le dijo hace poco a una granadina (que se quedó con la mandíbula pegada al suelo) que, aparte de la catedral y la alhambra lo que más le había gustado de granada la última vez que fuimos es lo visibles que son allí las lesbianas.
Que no tendría que ser necesario, cierto. Que cuesta dios y ayuda conseguir que dejen de sentirse atacados cuando les hablas de feminismo, pues sí. Pero es una forma bonita de dinamitar el patriarcado. ¿Se les escucha más porque sus genitales están hacia afuera? Esperad a ver qué dicen. Porque el mismo tipo con el que no puedes discutir porque te ignora (estás enfadada con él por alguna mierda que ha dicho así que follarte no te va a follar, para qué mirarte siquiera) se va a quedar a cuadros cuando las otras pollas no le consideren un igual. Cuando te consideran a ti una igual y se da cuenta de que él es el extranjero.
Es un orgasmo mental que tu colega el guarro discuta con la televisión por sexista. Es un orgasmo mental que tu compañero de clase te diga lo mucho que lo siente por los hombres de los siglos pasados, porque no podían tener amigas. Es un orgasmo mental que admiren tu trabajo y cuenten contigo para que les ayudes.
Dejemos claro que no se trata de rogarles, ni de seducirles con una vida vacía de responsabilidades patriarcales. Se trata de dejarles claro que esas cosas que tanto les molestaban de «las tías» – sea lo que sea eso, ya me entendéis – son actitudes machistas, patriarcales, que dirigen hacia ellos porque no son «lo bastante hombres» o porque no les da la gana dejar de jugar al Baldur´s Gate para ir de compras con ellas o lo que sea que hagan. Darles a entender que hacen eso porque creen que necesitan que un tipo cambie para ellas, por todo un batiburrillo de razones absurdas que sólo buscan el control de la producción humana cuyos beneficios se llevan unos pocos (para lo cual el control sobre los cuerpos femeninos es imprescindible). Que lo que atacan esas tipas es que ellas han cumplido con su papel: ser muy guapas y sumisas, y que ellos no cumplen el suyo. Y que ellas son así muchas veces porque no exteriorizan la violencia que se ha ejercido contra ellas de forma sistemática. Otras veces son así porque son unas personas desconsideradas y egoístas. O las dos cosas a la vez, ¿no? Igual que un tipo se siente atacado y puede ser por haberle ofendido realmente o porque sea una mujer quien le ofende. Y todas las variantes posibles.
Pero están ahí, minados cuando ven a su madre a dieta continua, sin saber si ayudar a su compañera de piso a mover los muebles (lo está pasando mal, pero va a pensar que creo que no puede hacerlo), confusos por tener deseo físico de abrazar y besar a sus amigos. Hirviendo de rabia cuando oyen a su padre en la cocina, que ha tirado un yogur y llama: ¡Antooooniaa! para que venga Antonia con sus varices a recogerle su mierda. Y sin saber de dónde viene tanta emoción reprimida. Pues como estaba yo.
El meme me parece fantástico, porque tiene mucha razón y porque genera debate!
Como muy bien dices es obvio que hay que contar con ellos primero, porque están ahí, y segundo porque el feminismo es una teoría y movimiento integral que aspira a transformar la sociedad en su conjunto.
Las nuevas actitudes masculinas que apuntas, son fruto de cuestionamientos personales ante el patriarcado, Al fin y al cabo todos y todas asumimos insconscientemente en diversos grados comportamientos patriarcales.
Comparto tus orgasmos mentales!!!
muchas gracias por tu interesante aportación.
Salud
Las feministas negras mostraron en los 70 su rechazo a ser comprendidas en un conjunto de mujeres que compartían opresión de género porque esa supuesta universalidad se utiliza muy a menudo para priorizar los intereses de las más privilegiadas de ese grupo. Y sí, los intereses y luchas de una minoría de mujeres blancas, heterosexuales y burguesas. ¿Alguien quiere recordar la agenda de la megaorganización feminista NOW de aquellos años? Claro que eso no quiere decir que todas las mujeres blancas, heterosexuales y burguesas opriman o acallen a las otras mujeres, of course.
Ese meme no me parece ofensivo ni reduccionista. Ni a mí ni a un buen puñao de hombres que conozco (incluso heterosexuales y burgueses). Y a quien le pica, ajos come.
muuuuuaaaaks
Uno de los principales problemas que genera el patriarcado, y en mi opinión el factor que trae los peores desastres de la sociedad, es la privación de las emociones en el hombre. Esta privación es la que genera en última instancia la violencia (todas las violencias). Este meme en mi opinión (lo pretenda o no) , repite el principal mensaje erroneo «los hombres no lloran». Ridiculiza a un hombre llorando, y eso es precisamente lo que necesita el patriarcado para perpetuarse.
Si ponemos como motivo «tu no puedes quejarte porque antes voy yo», me parece necio, porque me niego a ver a las mujeres (o a cualquier otro colectivo) como víctimas y mientras se siga buscando su victimizacion directa o indirecta seguirá frenandose su empoderamiento («victima de violencia de género», «víctima de represion patriarcal», victimavictimavictima…). Ante todo la dignidad se la da una misma y nadie, repito NADIE puede quitártela. Ojalá todos los hombres blancos (o negros, o amarillos o grises, especialmente grises) burgueses o no, se diesen cuenta de cuánto se les ha negado. Si al hombre se le permite el acceso a sus emociones, las reclamas feministas serían inmediatamente atendidas y satisfechas con toda la justicia que merecen. Sin embargo, he oido decir «¿el hombre quiere que se le permita la emocionalidad? si claro, encima dadles mas privilegios, primero que se quiten los privilegios». Aqui esta el revanchismo, y por eso hablo de necedad.
Pues bien, a esto concluyo: un hombre sin emociones, no se va a quitar ningun privilegio, un hombre con emociones no los necesita. Un hombre con emociones no ejerce la violencia, porque no es agradable, un hombre sin emocione si lo hace. El empoderamiento de la mujer y acceso del hombre a la emocionalidad van de la mano como todo problema sistémico, no pueden separarse porque estan por completo relacionados. El feminismo expone una teoria justa y que el mundo necesita, pero no se puede vencer al patriarcado con sus armas y en su terreno porque con solo intentarlo estamos cometiendo sus mismos errores.
Hola!
Muy interesantes reflexiones.
No estoy muy de acuerdo en poner en el mismo plano los problemas de las emociones masculinas y muchos de los problemas femeninos.
Salud!
¿Está ese patriarcado con nosotres en este momento, feminazi?
Anda y dale de comer a los gatos.