Fina Birulés: «Arendt quería comprender y no sólo lamentar con dolor lo ocurrido»

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Entrevista a Fina Birulés en 27 Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona. Presentación de la película Hannah Arent de Margarethe Von Trotta (Alemania, 2012).

Fina Birulés. Profesora de Filosofía y coordinadora el Seminario “Filosofía y Género” en la Universidad de Barcelona. Traductora, autora de numerosos ensayos y editora de volúmenes colectivos sobre el pensamiento de Hannah Arendt.

[Entrevista y foto por María Castejón Leorza]

Fuente: Muestra Internacional Cine y Mujeres de Pamplona

Acabamos de ver la película Hannah Arendt de Margarethe von Trotta. La propia cineasta reconoce que llevar al cine la figura de Arendt al cine fue una idea descabellada. Desde su punto de vista de estudiosa de Arendt, ¿qué hay de real en la película? ¿cómo construye el discurso histórico?

Creo que von Trotta tuvo inicialmente la idea de hacer una película que abarcara toda la vida de Hannah Arendt, luego se dio cuenta de la dificultad de su primera idea, puesto que también quería tratar de transmitir algo del pensamiento de Arendt . De hecho, los «ejercicios de pensamiento político» de esta teórica de la política, parten del supuesto de que el pensamiento nace de la experiencia viva, de los acontecimientos, a los cuales debe mantenerse vinculado por ser éstos los únicos indicadores para poder orientarse. Ello significa que sus reflexiones arrancan de la experiencia de los hechos derivados del surgimiento de los totalitarismos y, a partir de ahí, exploró las posibilidades del pensar y de la comprensión desde la convicción de que esos hechos dejaron una dramática estela en la que no quedaba más remedio que leer la heterogeneidad entre las viejas herramientas conceptuales y la experiencia política del siglo XX.

De modo que Arendt no proporciona algo semejante a un modelo teórico cómodo que permita dar cuenta de cualquier hecho con el que nos veamos confrontadas: su pensar es una muestra de lo que significa encarar directamente el acontecimiento y tratar de comprenderlo en su especificidad. Todo ello complicaba mucho el primer proyecto de von Trotta; posiblemente por eso decidió circunscribir su biopic a unos años concretos, 1961-1964 y al informe sobre el juicio de Eichmann. En la película se reconstruye muy bien el contexto del juicio –a mi modo de ver, es un acierto que las imágenes de Eichmann sean las reales- y el contexto intelectual y de los amigos de Arendt está bastante bien trazado, aunque tiene algo de hagiográfico.

¿Cómo influyó en el pensamiento de Arendt el hecho de cubrir el juicio de Adolf Eichmann?

El hecho de haber asistido al juicio, de haber realizado el informe y del escándalo que generó, creo que le generó personalmente mucho dolor a causa de cómo reaccionaron algunos amigos suyos, pero por lo que respecta a su pensamiento diría que se pueden percibir sus efectos en el hecho de que poco después escribió, como contribución a la controversia desatada, un importante artículo titulado “Verdad y política” y posteriormente siguió formulándose la pregunta de si la capacidad humana de pensar tiene algo que ver con nuestra capacidad de distinguir el bien y el mal o de decir “si” o “no” a la abyección

La película no destaca el hecho de que Arendt fuera una mujer en un mundo de hombres. Sin duda su figura es una excepcionalidad en este sentido. ¿Cómo lo vivió la filósofa?

Posiblemente la película lo refleja en la agria conversación en la que uno de los personajes dice: «¿Quién se cree que es? ¿Aristóteles?», palabras que realmente fueron pronunciadas por William Philips. A nadie se le hubiera ocurrido este tipo de exabrupto de tratarse de un hombre, quizás se le hubiera ocurrido otro, pero no éste. En la correspondencia de Arendt se aprecia lo farragoso que le resultaba lo que en su pregunta ha caracterizado como ser “una mujer en un mundo de hombres”, pero en su vida pública y académica jamás aceptó ser una mujer excepcional, pues sabía bien que aceptar ser considerada una excepción, significa aceptar también la regla de la que se es excepción…

La película muestra una serie de secundarios como Lotte Kohler, Mary McCarthy o el propio Heidegger que tienen una importancia vital en la vida de Hannah, y son de origen germano y norteamericano. Se aportan pequeñas referencias, ¿quiénes fueron estas personas en la vida de Arendt?

En la película aparece Mary McCarthy, novelista -autora de libros tan conocidos como Memorias de una joven católica o El grupo- y amiga de Arendt desde 1944 hasta la muerte de la primera. A menudo se responsabilizó de revisar el inglés de sus escritos, como puede leerse en la correspondencia que mantuvieron y que esta publicada con el título de Entre amigas. Lotte Kohler, otra de las integrantes de la “tribu” de amigos de Hannah Arendt, era una experta en literatura alemana que había emigrado a los EEUU en 1955 y que fue su asistente y ayudante en la edición de algunos de sus manuscritos así como albacea testamentaria de su obra tras la muerte de Mary McCarthy, antes de fallecer (marzo 2011) proporcionó materiales para la película de von Trotta.

Dos acontecimientos en los años veinte marcaron profundamente el pensamiento político de Hannah Arendt. Al primero de ellos lo denominó el «shock filosófico»—la filosofía de la existencia de Jaspers y de Heidegger— y, al segundo, el «shock de la realidad» —la consolidación del movimiento nacionalsocialista en Alemania. Arendt, de joven, mantuvo una relación sentimental con Heidegger, un pensador al que siempre consideró un filósofo genuino, incluso uno de los grandes filósofos del siglo xx. Pero en la medida en que Heidegger jamás quiso dar explicación alguna acerca de su adhesión al partido nazi y su aceptación del rectorado de la Universidad de Friburgo, para Arendt, desde el punto de vista político, su vida, podría entenderse en términos de una lección sobre cómo el pensar puro puede llegar a ser indistinguible de la máxima ausencia de pensamiento o, lo que es lo mismo, sobre cómo el juicio moral o político puede desaparecer tanto a causa del pensamiento extraordinario como por la total ausencia de pensamiento

La película muestra cómo Arendt tras el impacto de la publicación de “Un estudio sobre la banalidad del mal” (1961) tiene mayor comprensión hacia sus postura. ¿Únicamente las personas que no vivieron de forma directa el horror nazi eran capaces de asumirlo?

En este punto habría que ser bastante cauta, Arendt sólo hace una descripción de un sujeto: Eichmann; le impresiona como gente como él, que se caracteriza por la mediocridad y la ausencia de intención malvada, pueden dar lugar a grandes crímenes. Arendt quería comprender y no sólo lamentar con dolor lo ocurrido. Hay que decir que la película da algunas pistas del uso que el estado de Israel hizo del secuestro de Eichmann y de su juicio así como de por qué Alemania no pidió su extradición

Ha comentado en la presentación de la película que resulta muy difícil ser harentiano o harentiana, pero que su pensamiento es útil para pensar fuera de los tópicos. ¿Cuáles son los ejes del pensamiento de Arendt en este sentido? ¿cuáles siguen siendo actuales para interpretar la realidad?

Ella sólo quiere comprender los acontecimientos que le tocó vivir y lo hace con una notable independencia de pensamiento y apelando a recursos de tipo diverso. Una de las características de les reflexiones de esta teórica de la política es un cierto talante, por así decirlo, socrático: confrontada a experiencias o a problemas, Hannah Arendt siempre nos sorprende proyectando el foco allí donde no mirábamos y nos ofrece una perspectiva inesperada. Además, sus consideraciones nunca nos obligan al asentimiento sino que nos abren espacios nuevos para pensar y repensar. La experiencia del vacío del poder de las palabras y los sobresaltos del mundo le exigió alejarse de la simplificación y buscar esforzadamente nuevas herramientas de comprensión. Rasgos de su modo de acercarse a los problemas que le tocó vivir son un fuerte realismo político y ningún espacio para el fatalismo ni para la ingenuidad; Arendt nos invita a no ceder al catastrofismo, recordando que la extrema desesperanza tiene tal certeza de sí que ninguna experiencia la hace tambalear. De ahí que en tiempos de oscuridad apostara por la confianza en el carácter natal de los humanos, por la capacidad de hacer aparecer lo imprevisto, por el milagro de la acción.

Hacia el final de su vida Arendt comentó: “desearía decir que cuanto he hecho y he escrito es provisional. Considero que todo pensamiento –el modo en que yo me lo he permitido es quizás un poco desmesurado, extravagante- tiene la reserva de ser experimental”; pero, a estas palabras, habría que añadir que su pensamiento es también inseparable de lo que denominó el “hábito de estar a solas consigo misma”. Esto es lo que permite ser responsable, tomar parte en la determinación del propio destino y apostar a favor de que los “seres humanos hablen entre sí aunque el Diluvio se abata sobre ellos”.