Fotogramas de género (Introducción)

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Aquí os dejo la introducción a mi libro y aprovecho para daros las gracias a todas y todos los que lo estáis comprando, que según me acaban de informar sois muchxs!!!! Y mando un beso enorme a Itziar Ziga y María Castrejón, las prologuistas, y a UreYonsi, responsable de la imagen. Seguid comprando cultura, feminismos y cine español!!!

Fotogramas de género. Representaciones de feminidades y masculinidades en el cine español (1977-1989), de María Castejón Leorza, Logroño, Sinindice, 2013.

Me ha costado mucho, muchísimo, llegar a escribir la introducción, de éste, mi primer libro. Llevo semanas devanándome los sesos intentado encontrar el equilibrio entre una introducción académica que demuestre mis conocimientos y justifique mis méritos y una introducción visceral que es lo que me sale. Porque este es un libro fruto de mi trayectoria académica, definida por una irregularidad marcada por la necesidad de trabajar y por la maternidad, pero que finalmente derivó en la Tesis Doctoral Feminidades y masculinidades en el cine español de la democracia (1975-2000). Rupturas, conflictos y resistencias que defendí en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca el 29 de mayo de 2013.

Soy una historiadora feminista que comenzó su trabajo en el ámbito de la historia social y política y que ha deparado por diversos intereses en la historia cultural de las representaciones de género en el cine español. El objetivo principal de mi trabajo ha consistido en analizar las representaciones que diferentes cineastas realizan de las feminidades y masculinidades para escribir una historia de las representaciones tomando el cine español como fuente. Decidí dar el paso de la historia social a la historia cultural movida por la pasión cinematográfica y tras detectar un panorama francamente desolador en mi ámbito de estudio. Las grandes obras referidas al cine español apenas incluían referencias a la imagen de las mujeres en el mismo y eran muy poco sensibles, salvo contadísimas excepciones, al trabajo de las cineastas en una industria patriarcal desde sus cimientos. Por lo tanto urgía la tarea de comenzar a historiar sobre cómo representaban a las mujeres los y las cineastas. Tras los primeros años de trabajo, observé la necesidad de incluir el estudio de las masculinidades. Cualquier análisis que aspire a incluir la perspectiva de género no puede obviar la inclusión de las masculinidades en el mismo, ya que nos permite obtener una visión de conjunto, teniendo siempre presente que es el género femenino el que históricamente ha estado oprimido. Por lo tanto, una de las evoluciones más evidentes en mi trabajo, ha sido pasar de escribir historia de mujeres a trabajar en la historia de género.

El cine como fuente primaria para nuestro objeto de estudio tiene sus propias especificidades, como visibilizar de una forma extraordinaria el protagonismo de las mujeres y su capacidad de trasmitir modelos y roles de género. Además, nos permite diseccionar las relaciones de género que siempre se dan bajo unas determinadas pautas de poder. De todos los posibles acercamientos al estudio de las representaciones de género, que necesariamente implican interdisciplinariedad, pondremos el acento y el foco de atención en las implicaciones historiográficas que tiene el cine como fuente. Ello nos obliga a asumir de una manera más tangencial los estudios culturales así como las aportaciones feministas fílmicas de las teóricas anglosajonas que por otra parte están recogidas en un buen número de obras referenciadas.

Tras años de estudios, lecturas y reflexiones he asumido la perspectiva de género de una manera integral. El género no es una categoría mágica para interpretar la realidad. Es más, resulta una categoría insuficiente ya que no tiene la capacidad de interpretar todas las dimensiones de las personas y puede conducirnos a interpretaciones binaristas reductoras a lo femenino y a lo masculino. No obstante es una categoría útil y necesaria para interpretar las representaciones de género desde los feminismos y detectar desigualdades, que siempre son estructurales.

Este libro se estructura en dos partes. Una parte más teórica se ocupa de todos los puntos que hemos comentado y de presentar una propuesta de análisis que combina aspectos de la teoría feminista con la narrativa fílmica. Se centra en el estudio de una selección de ejes temáticos, como grado de protagonismo de personajes femeninos y masculinos en las tramas, modelos y estereotipos que estos personajes representan, usos de los espacios públicos y privados, representación de los cuerpos y las sexualidades, de las maternidades, del amor y la representación de la violencia de género.

Nos interesan las representaciones de género que se dan en la Transición y en los primeros años la democracia. Se trata de un breve período de tiempo en el que, tras las muerte del dictador Francisco Franco y la aparente desaparición de la ideología nacionalcatolicista, España abraza una incipiente democracia que se enfrenta con cierta expectación al lugar que en ella van a ocupar las mujeres. Nos planteamos diversas cuestiones: ¿Cómo interpreta el cine esta nueva realidad de las mujeres?, ¿qué transformaciones recoge y cuáles no?, ¿qué grado de protagonismo conceden las y los cineastas a los personajes femeninos?, ¿qué tipo de personajes femeninos son los que aparecen en las películas?, ¿cómo son los personajes masculinos?, ¿asume el cine los cambios y los conflictos que surgen en un nuevo escenario?, ¿cuál es la mirada hegemónica?

Dividimos el corpus cinematográfico que hemos seleccionado en dos grupos. El primero, lo conforma el denominado cine social y político de la Transición. Las películas seleccionadas son Vámonos, Bárbara, de Cecilia Bartolomé, Tigres de papel, de Fernando Colomo, Asignatura pendiente, de José Luis Garci, todas ellas del año 1977, Gary Cooper que estás en los cielos, de Pilar Miró, del año 1980 y Función de noche, de Josefina Molina del año 1981. En estas cinco películas rodadas en un breve lapso de tiempo, en clave política y social y desde diversos registros que van desde el drama a la comedia, se recoge de forma visible la nueva situación de mujeres y hombres en la sociedad española y las rupturas en sus formas de relacionarse e interactuar. La incorporación de un considerable número de mujeres a la vida laboral, la conquista del espacio público, el divorcio y el aborto marcan las temáticas de estas películas que son una fuente histórica de primera mano para ver cómo se transformaron las relaciones entre mujeres y hombres como consecuencia de la nueva realidad democrática. En el segundo grupo se han seleccionado películas pertenecientes a la comedia madrileña y las primeras películas de Pedro Almodóvar. Las películas de Fernando Colomo y Fernando Trueba son filmes que cuentan con el respaldo del público y que desde la perspectiva de las relaciones heterosexuales, permiten analizar de qué manera ha asumido la sociedad las transformaciones apuntadas en el primer grupo de películas y qué conflictos generan. En el caso de las películas de Trueba y Colomo este análisis se realiza desde el punto de vista de los personajes masculinos. Trueba con Ópera prima (1979), Sal gorda (1984) y Sé infiel y no mires con quién (1985), retrata nuevas reacciones masculinas y posibilita el estudio de nuevos personajes femeninos que si bien son secundarios reflejan los cambios desde un punto de vista propio. Colomo con La vida alegre (1987), Miss Caribe (1988) y Bajarse al moro (1989) va más allá de mostrar las relaciones entre mujeres y hombres y se interesa por temas como la prostitución desde un punto de vista muy determinado y por personajes que viven en los márgenes. Las primeras películas de Almodóvar, Pepi, Luci, Boom, y otras chicas del montón (1980), Laberinto de pasiones (1982), Entre tinieblas (1983) y Qué he hecho yo, para merecer esto? (1984) suponen un punto de inflexión en la cinematografía española por las rupturas en las representaciones de género desde un registro irónico, mordaz y radicalmente novedoso.

Así, realizamos una radiografía de las representaciones del cine español del período, desde diversos registros como las rupturas filmadas desde el compromiso y la acción política, la comedia exitosa de la época y el cine más subversivo. Son películas que construyen un mapa cronológico, ideológico, social, cultural y político de los cambios, las asimilaciones y las resistencias de las consecuencias que trajo consigo la ruptura con el régimen dictatorial y de forma especial la ruptura con los mandatos de género. En todo este período, nos encontramos con innumerables rupturas y transformaciones como la irrupción en el espacio público, la conquista, al menos en parte de la sexualidad, pero no podemos evitar la sensación de que de la misma manera que sobre las mujeres existían los mandatos de género de la buena esposa y la buena madre, en la democracia, analizadas las rupturas que nos presentan las cineastas, surgen nuevos mandatos de modernidad. Como si las mujeres, tras cuatro décadas de feroz sumisión tuvieran que convertirse en modernas como si nada hubiera pasado. Tampoco podemos dejar de destacar la progresiva incorporación de los personajes gays masculinos, y la casi total ausencia de personajes homosexuales femeninos en la pantalla. En las películas analizadas observamos dos generaciones de protagonistas; las y los protagonistas que pertenecen a la generación de la posguerra, y las y los protagonistas nacidos en años de la dictadura pero que son jóvenes cuando se inicia la Transición en el año 1975. Para futuros estudios nos quedará el análisis de las representaciones de género en la década de los 90, tanto de la generación que analizamos como de la nueva generación de las y los hijos de la democracia, para poder estudiar con mayor profundidad el alcance y las limitaciones de los cambios.

Pertenezco a esa generación de mujeres y hombres que se han socializado en democracia, aparentemente lejos de los dictados patriarcales que hundieron la vida de nuestras madres, padres y abuelas y abuelos. Llegamos a la Universidad como las hijas y las nietas de aquellas obreras y obreros que nunca pudieron matar. Abrazamos como privilegiadas los libros que en la década de los 90 comenzaron a inundar los anaqueles de las bibliotecas que leímos con entusiasmo y orgullo, porque sabíamos que éramos de las primeras que lo hacían. Abrazamos el feminismo académico entre las burlas de nuestras y nuestros iguales que muchas veces nos definieron como exageradas y excesivamente radicales. Sufrimos (no sin cierta alegría y rebeldía) que nos dijeran que hacer historia de mujeres, sabíamos lo qué era, significaba crear un gueto. Pero nosotras siempre supimos que a pesar de aquella pátina de normalidad, escribiendo historia de mujeres, subvertíamos lo hegemónico y por extensión lo patriarcal. Todas fuimos creciendo y nos encontramos bien por el mercado laboral o bien por la maternidad o por nuestras relaciones personales, con que algunas de las cuestiones que denunciábamos en épocas pasadas, a pesar de los avances y de las conquistas, nos seguían afectando como mujeres y seguían limitando el ejercicio de nuestros derechos, nosotras que nos creíamos libres de toda aquella carga. Venimos de la academia, pero también venimos de nuestras casas y de las calles. No hemos militado en movimientos sociales de pedigrí, los de la Transición, básicamente porque acabábamos de nacer, pero sabemos de luchas generacionales, de luchas comunes y de luchas feministas; nosotras que estábamos destinadas a ser la generación de mujeres más preparadas del país y no podíamos defraudar a nadie, de forma especial a nosotras mismas. De este devenir procede este libro, del esfuerzo de combinar nuestra trayectoria con nuestras realidades. De pertenecer por los pelos, a la universidad pública y a su producción, destinada a contribuir a la creación de una sociedad con conocimientos y consecuentemente menos misógina. Algunos años han pasado desde el inicio de este proyecto hasta su consecución. Ha sido un camino árido, duro, lleno de dificultades y de falta de recursos que se han conseguido superar a base de tesón y de mucho, pero que mucho humor y fuerza de voluntad.