Gracia Querejeta: «Deberíamos averiguar por qué espacios como el de la Muestra siguen siendo necesarios en el año 2013»

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Entrevista a Gracia Querejeta en 27 Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona. Presentación de la película 15 años y un día de Gracia Querejeta.

Gracia Querejeta. Directora

[Entrevista y foto por María Castejón Leorza]

Fuente: Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona

¿Qué piensa de este tipo de Muestras? ¿Cree que después de décadas de lucha feminista son necesarios todavía estos espacios de reconocimiento y reivindicación?

Si existen debe ser que son necesarios. Si fueran necesarios nadie se plantearía crearlos. Lo que deberíamos intentar averiguar es por qué todavía siguen siendo necesarios en el año 2013.

Me desconcierta mucho esta cuestión porque he sido profesora de la ECAM en tercero de dirección, durante tres años seguidos y nunca hubo tantas mujeres como hombres. Es más, el primer año no había ninguna, el segundo hubo dos y en tercero tres, de un número total de alumnado de seis. Siempre me pregunté por qué no había más chicas. A lo mejor es que alguna es más lista y se plantea que dirigir es muy complicado, te lleva mucho tiempo y no es nada fácil compaginarlo con la vida familiar.

No sé cuál es la razón, pero es verdad que proporcionalmente sigue habiendo proporcionalmente muchas menos mujeres que hombres.

Pertenece como otras cineastas a una generación que comenzó a trabajar en la década de los 90, que ha sido sometida a cierta presión por ser mujeres. ¿Cómo ha vivido todo esto?

Quiero ser totalmente respetuosa con el resto de compañeras. No lo pongo ni en duda ni en cuestión que alguna mujer haya podido sufrir algún tipo de discriminación, pero personalmente no he tenido ese problema. He tenido otros. Ha habido películas que he hecho mejor y luego que he hecho peor, que han tenido mejor o peor distribución pero nunca lo he achacado al hecho de ser mujer.

También existía una especie de presión sutil por parte de la crítica. Se da un fenómeno curioso ya que numéricamente tampoco eran tantas pero sí que era la primera vez en la historia del cine español que eráis más de tres. Se preguntaba sobre el cine de mujeres. ¿Cómo vivió esta situación?

Cuando comenzó a ocurrir este fenómeno, Carlos F. Heredero publicó Espejo de miradas. Entrevistas con nuevos directores del cine español de los años noventa (1997). Y ahí estábamos representados hombres y mujeres, aunque siempre estábamos menos mujeres. Toda esta distinción quizá tenía más sentido en los 90, en los primeros 2000.

¿Qué opina sobre el denominado “cine de mujeres”?

Hay una cosa que es verdad, y es que las mujeres en general tratamos temas que interesan más a las mujeres que a los hombres. Lo que no significa que nos dejen de gustar las películas dirigidas por hombres. Las mujeres suelen contar aspectos que tienen que ver con el mundo femenino.

En toda su obra muestra un interés específico por diseccionar las construcciones y relaciones familiares. De un primer momento de universos marcados por la figura paterna y masculina – Una estación de paso (1992), El último viaje de Robert Rylands (1994) a partir de Cuando vuelvas a mi lado (1999) a universos femeninos mucho más marcados y protagonistas. ¿Es una evolución consciente? ¿Es algo premeditado?

No es algo premeditado. Es algo que surge. Héctor es la película de un chico. Es la historia de un sobrino, de una tía y de una madre muerta. Raylans era la historia de dos homosexuales hombres….Siete mesas de billar francés (2007) es la historia de dos chicas que tiran para delante con dos hombres por detrás.

No me importaría nada dirigir una película llena de personajes masculinos, pero de hecho mi último corto que ya está escrito, que se titula Cordelias -inspirado en el personaje de Shakespeare- es un proyecto protagonizado íntegramente por mujeres. No es por una posición política o autoimpuesta como feminista. Lo he pensado para una escuela con la que colaboro de forma habitual y siempre hay muchas más mujeres que hombres en los cursos. Me resultaba más fácil plantear el proyecto para actrices que mezclar dos actores y ocho actrices.

¿Es el último trabajo en el que está trabajando?

Los dos proyectos más inmediatos son una serie para televisión y el corto que espero rodarlo entre julio y diciembre.

¿Cómo nace el proyecto de tu última película “15 años y un día” (2013)? ¿Cuál es el punto de partida de la película? ¿Cuál es la idea que hace que el proyecto surja?

Este proyecto nació hace cuatro años ya y por dificultades económicas, que es la tónica general que pasamos en nuestra industria, ha tenido que rodarse cuatro años después de escribir el guión y también haciendo la película un poco más pequeña de lo que en principio era. No lo digo como queja, ya que en ocasiones hacer una película más pequeña hace que tengas opción de mejorar el guión, pero sí que es excesivo el tiempo trascurrido entre Siete mesas de billar francés y 15 años y un día. Espero que no pase tanto tiempo para la siguiente.

La idea surge del ser madre y en aquel momento ser una madre de un adolescente. Hay películas que nacen de otras cosas, que no tienen qué ver con la vida directa de una misma, que surgen de otras cosas, pero ésta nació de esto. Era una época complicada en la que mi hijo se juntaba con lo mejor. Un día que circulábamos por nuestro barrio, un barrio céntrico de Madrid, y nos cruzamos con una pandilla de chavales, una mezcla de españoles y sudamericanos. Las miradas que se echaron fueron para mí miradas muy reveladoras de muchas cosas. De que ya se habían mirado muchas veces y de que probablemente ya se habían dicho muchas cosas. Me entro una sensación helada en el pecho y me cuestioné que quizá no me había enterado de nada de lo que pasaba con las relaciones de mi hijo. Y la película nace de ahí. Por otra parte Antonio Mercero tenía una hija adolescente un poco más pequeña. Así que la película nace de ese miedo, de la necesidad de exhortizar ese miedo, de sacar y hablar lo que nos estaba pasando a nosotras y nosotros como padres y madres.

Es una película para la gente que vive o ha vivido o se ha relacionado con adolescentes. Está contada desde nosotros y nosotras, no desde lo que a ellos y ellas les gustaría ver, eso está retratado. Tampoco queríamos que fuera un retrato de qué es la adolescencia, porque adolescentes hay tantos como personas.

Lo que me interesaba era colocar al protagonista al borde del abismo, de la muerte, y ver cómo eso modificaba lo que tenía alrededor.

Entre los personajes jóvenes existen claramente dos planos. Por una parte está el personaje principal Jon, que procede de un ambiente familiar una clase social bastante acomodada y luego el resto de personajes que no son inmigrantes pero provienen de familias inmigrantes. ¿Cómo se plantea representar esta diferencia?

Es una situación más cómoda económicamente, pero sólo a ese nivel. Es un chico que posee un nivel cultural diferente. Y es un chico que quiere a su madre y que actúa para protegerla.

Lo que me interesaba es la diferencia entre el entorno del protagonista. Cuando lo mandan a vivir con el abuelo no sólo es el hecho , sino que le hacían cambiar de espacio físico. Quería crear ese contraste y que el chico se encontrara en un lugar completamente diferente al norte. Entre gente adolescente, con ese baile de hormonas y con las cosas tan poco claras. Los referentes han cambiado y las influencias se mezclan todo el rato.

No partimos de la base de qué malos son los latinoamericanos. Partimos de qué malo es el abuelo ex militar y hasta qué punto es capaz de llegar para meterte en cintura. El protagonista se mete en un lío con gente que es de procedencia latinoamericana, pero se podía haber metido con cualquier otra gente. Se trataba de contar en qué clase de lío se podía meter el chaval que comprometa totalmente al abuelo, como autoridad. Normalmente te metersen líos con gente de tu edad y en este caso hay dos españoles y dos jóvenes latinoamericanos.

No soy nada xenófoga como lo he demostrado en mi cine. Pero tampoco quería ser políticamente correcta y decir, cómo es sudamericano, cómo va a ser malo, o como resulta que es español, cómo va ser bueno, o cómo resulta que es gay, cómo no va ser capaz de actos horribles….va a llegar un momento en el que no vamos a poder contar nada, si cada grupo humano tiene que estar tan protegido desde la cultura.

Todos los personajes femeninos son importantes en la trama. Destaca el personaje de la abuela de Jon, interpretado por la actriz Susi Sánchez. ¿Qué nos puede decir de este personaje?

Todos los personajes tienen un gran cambio en la historia menos ella. Todas las historias de la película tienen que ver con historias que he conocido, no necesariamente autobiográficas ni que hayan afectado a mi familia. Este tema de los matrimonios que se rompen cuando han pasado de los sesenta años, es una situación muy traumática, o al menos lo he vivido así cuando lo he tenido cerca. Sobre todo para las mujeres, porque seamos sinceras, no es lo mismo para un hombre de sesenta y dos años que para una mujer.

Me dio la impresión de que endulzar el personaje de Susi Sánchez, que ella terminara por perdonar o por acercarse a ese marido que le ha hecho tanto daño, que le ha abandonado de una manera tan fría, sin explicación ninguna, sin mediar palabra, simplemente se terminó la relación y punto y final, me parecía que era demasiado blando. El personaje se tenía que mantener en sus trece. Y por eso, porque le desprecia, y probablemente le quiere pero le desprecia al mismo tiempo, es el personaje que finalmente en el aeropuerto, le mira, se da la vuelta, y se marcha como diciendo, habrás conquistado a mi nieto, con mi hija habrás suavizado las cosas, pero a mí no me vas a seducir.