Familias como Dios manda que conducen coches

Sólo las familias como Dios manda conducen el Ford Familia Max. Ford lanza coche modelo familiar, dirigido a familias, a grupos humanos que conviven bajo el mismo techo y comparten reglas y modos de vivir. Familias que son la principal célula de socialización, y que según Ford corresponden a modelos de familia muy determinados. Familias que a pesar de la diversificación de los modelos y las diversas formas de construirse, en la publicidad son sistemáticamente ignoradas.

El primero de ellos Ana, una mujer madura se vuelve a casar. Es su hijo el que la lleva hasta el altar. Si no fuera por el tono general del anuncio podríamos pensar que se trata de unas segundas nupcias normales, pero el rollo familiar posterior nos remite a una segunda oportunidad de alguna mujer que sólo tras haberse sacrificado, muy, mucho por su hijo, se casa de nuevo por la Iglesia.

El segundo modelo nos remite a una pareja con hijos. Pedro, el mismo que lleva a su madre al altar y Cristina, padres separados, pero cuidado, sólo los 90 minutos que dura el partido de sus equipos. Ni siquiera se les presenta como personas, sino como padres (masculino genérico) que por un momento parecen estar separados y enfadados. Pero no, no, suframos, son una pareja como Dios manda…a la que sólo separa el amor enfrentado a sus equipos de futbol. Rivalidad que transmiten a sus hijos.

Cristina por su parte, es una mujer que disfruta de sus amigas y de su tiempo. Amante de los deportes además del amor al fútbol, le gusta el mar y el surf. Ella y sus amigas, tal y como dice el anuncio son «amantes del mar pero fieles a sus maridos». Y aquí ya es dónde mis recelos iniciales al anuncio ya se disparan. Y mira que me había estado diciendo a mí misma, no hiperinterpretes, que hay maduras felices que se casan por segunda vez por la iglesia, que hay familias que a pesar de la rivalidad futbolera son felices y no tienen porqué ser patriarcales….que siempre igual María, que siempre estás alerta y parece que no puedes disfrutar con nada, ni siquiera con la felicidad ajena…

Pero llega la frase de «amantes del mar pero fieles a sus maridos» y ya me entra la naúsea de siempre. Y es que no entiendo porqué es necesario ese énfasis en lo de FIELES y en lo de los MARIDOS. Que qué tendrá que ver la afición al surf y la fidelidad. Bueno, supongo que las mujeres como Dios manda siempre piensan antes en sus maridos que en ellas mismas. Será que se llevan las sumisas, y yo sin enterarme.