El poder de una Sínger. Nuevas heroínas de cine a partir de ‘La modista’ (+Pikara)
Llevamos muchos años aburridas, apuntando constantemente a que el cine infrarrepresenta a los personajes femeninos, que siempre han sido secundarios. Nunca interesaba demasiado qué pasaba con ellos. Han sido el trofeo del héroe, el premio que el protagonista se llevaba a casa y poco más. Hemos visto, y seguimos viendo, personajes femeninos llenos de silicona, medio bobas, sin apenas diálogos. En el lado opuesto están los personajes femeninos que se ocupan del cuidado y que son esclavas de lo doméstico aunque trabajen fuera de casa. Todas ellas dependientes del amor romántico, ese pegamento mágico que da sentido a nuestras vidas. A pesar de que siempre haya disidencias al modelo, este imaginario cinematográfico incide en la invisibilización de la riqueza de modelos femeninos y crea un orden simbólico patriarcal dominado por los hombres.
Desde hace unos años, observamos una tendencia en el cine: una nueva tipología de heroínas. Estas heroínas, a partir de un protagonismo casi absoluto, dinamitan las construcciones patriarcales del audiovisual a la vez que renuevan el imaginario colectivo construyendo personajes poderosos, imperfectos, con contradicciones, llenos de matices, que se encuentran alejados de los modelos dicotómicos de mujeres santas o mujeres putas.
En esta línea se incluye la película La modista (The Dressmaker) (Jocelyn Moorhouse, Australia 2015). Sigue leyendo