Praxis (novela) Fay Weldon, 1978. Culebrón y feminismos

IMG_6371 Adoro el verano, y mucho más éste. Una niña leona como lo fui yo, solía parovechar el verano para pasar las tardes en su casa leyendo. Recuerdo bastantes tardes de piscina, pero recuerdo mucho más todos los libros que leía. En el período estival, que en Mordor suele durar muy poco -por mucho que se queje el personal, los días de calor supino no superan la veintena- me lanzo como una posea a una de mis pasiones, leer novelas. Como he trabajado bastantes años de bibliotecaria, atesoro en mis estanterías aquellas joyas que se ponen a disposición de quien se las lleve. Tenía un par de obras aparcadas desde hace años, y como suele ocurrir en estas ocasiones, la espera ha merecido la pena. Atesoro, y me acabo de leer «Praxis» una obra escrita por Fay Welton en 1978, y publicada por Argos Vergara casi inmediatamente, en 1980.

La obra, que no he podido evitar leer sin dejar de pensar en qué le parecería a Nacho Palomitas,se publicita en la portada como «cincuenta años de ideas sobre la situación de la mujer en la sociedad». Por cierto, no os he contado que el libro lleva el sello de Cáritas…..

«Praxis» nos narra la vida de Praxis, en el futuro Pattie, Duveen, una niña bastarda nacida de la unión de su madre Lucy con Benjamin Duveen, en la Inglaterra de la década de los 40. La novela gravita entre el melodrama y la novela feminista. Nuestra protagonista evoluciona desde la hija bastarda que fue hasta la heroína feminista en la que se convirtió. No puedo evitar leerla desde mi situación de feminista convencida del siglo XXI, pero haré un esfuerzo en pensar en todas aquellas lectoras -me preguntó cuántas serían es España- que devoraron sus páginas hace décadas. Praxis, nunca podríamos imaginar un nombre mejor, exceptuando Escarlata, para una heroína, y su hermana Hypatía son fruto de una relación incestuosa. Una relación filial que funciona hasta que el padre decide fugarse con una mujer más joven. Como nos podemos imaginar, la situación deviene en catástrofe; el padre huye con una mujer más joven, hasta que se cansa, pero, claro, no puede volver ya que su masculinidad se lo impediría, y a su madre la acaban por ingresar en un psiquiático.

La madre, prefiere perder el sentido a luchar por sus hijas, y éstas acaban amparadas bajo los abogados del padre, que les permiten mantenerse bajo la caridad. Volveremos hasta nuestra heroína de inmediato, pero nos detendremos en el presonaje de la madre. Lucy representa a todas esas mujeres que en la década de los 20, tras intensos furores uterinos decidieron vivir con unos hombres que nunca se iban a casar con ellas. La exaltación de la sexualidad para mentener sus relaciones las hacían conscientes de su poder efímero. Abandonada por su hombre y consciente de su realidad, en lugar de luchar por sus hijas decide acabar sus día en un sanatorio mental. Merece la pena reproducir las palabras de la enfermera de la institución en la que se recluye, ya que visibilizan una realidad comúm, la de las mujeres que buscaban refugio en ellas tras ser abandonas, y el refugio y la posibilidad que suponía para los maridos que no eran capaces de soportar esposas que ponían de relieve la organización patriarcal de la sociedad. Estas esposas insatisfechas eran definidas como locas, y no hacía falta sino la voluntad de sus maridos para justificar esta reclusión. Ya se sabe, cualquier mujer que cuestionaba su lugar, podía ser tachada como loca por la autoridad masculina: «aquí tenemos muchas esposas abandonadas. te sosprendería saber cuántas. También tenemos mujeres internadas por sus maridos».

Sea como fuera, nuestra heroína consigue llegar a la Universidad, consigue diversos trabajos, desde los de prostituta hasta recepcionista, e incluso de publicista. Todos los trabajos y su trayectoria se escuentran mediatizadas por los hombres. En la Universidad, a la que llega gracias a la caridad, se degrada por el prestigio de su novio, deja su trabajo prometedor por el suelo de una urbanización y unos hijos, que bandonará por otro hombre. Cuando su última pareja la abandona por otra mujer más joven, abrazará el feminismo, curiosamente de la mano de Irma, la mujer abandonada cuando Praxis le robó a su marido.

Más allá del fresco que la novela ofrece, es de crucial importancia su contacto con el mundo feminista, y pienso en lectoras no afines a la causa. Praxis conoce el feminismo cuando Irma y sus secuaces feministas le recriminan sus eslóganes publicitarios de la época en la que Praxis trabaja de publicista. A las feministas no les gustan los mensajes de la feminidad ligadas a la maternidad. Es la primera toma de contacto. Nótese que nuestra heroína trabaja como publicista escribiendo slóganes. Praxis, tras su último abandono comienza a ver a las feministas con otros ojos. Ya no teme, ni le parece antinatural eso de las mujeres sin hombres. Comienza a comprender porqué Irma fue a manifestarse contra la elección de Miss América (o Miss Mundo, no sé qué crajo pasó ese día pero he encontrado referencias en diferentes escritos). Es francamente revelador la asociación de las feministas con espacios anti hombres, y el choque que produce en mujeres educadas para complacerlos. No obstante nuestra heroína abraza la causa y se hace feminista.

Tanto, que es capaz de asesinar a un niño con un profundo síndrome de down para que su madre sea libre. Ella va a la cárcel, y la madre a Toronto a continuar con su prometedora carrera de pediatra infantil. Un final decisivamente sublime para una de las primeras heroínas que asume que lo personal es político.

«Praxis» es una novela para comprender la situación de las mujeres que comenzaron a luchar sin referentes. Para todas aquellas mujeres que encontraron en el feminismo un nuevo lugar, un lugar en el que no se las media como esposas y madres. Una novela que denuncia la injusta situación de las mujeres que se debaten entre lo que pueden realizar en su efímera juventud, ya que más allá de esa edad nada valen. Unas se casan, otras se juntam, fruto y consecuencia de un poder sexual que termina con los años. Es una novela que visibiliza una masculinidad básica que pasados los años buscan en las jóvenes lo que les dieron en su día sus novias o esposas. Una masculinidad que sigue valorando la feminidad en términos de atención y de cuidado en el hogar.

Una novela imprescindible, un «best-seller» del feminismo, con Praxis como personaje principal, pero con otros como su hermana Hypatya, una mujer que triunfa en su prefesión a costa de su vida personal, o de las amigas con las que va compartiendo vidas y luchas no reconocidas, para visibilizar que la vida de las mujeres ha significado una mierda hasta que algunas de ellas estuvieron dispuestas a luchar.