El corto de Penélope Cruz, sexismo veraniego

índice La actriz Penélope Cruz ha dirigido un corto comercial-artístico para una marca de lencería. El intento cinematográfico de fundir arte con amigxs y famila no le ha salido muy bien. Quizá debiera aprender de Alaska y Marío, auténticos expertxs en explotar su arte y su vida, incluyendo a sus amigxs y gentes para crear una marca que será cuestionable, pero que despide mucha verdad y sinceridad.

La Cruz ha relizado un corto interpretado por sus amigxs, hermana y su chorbo y le ha salido una cosa un poco chunga. Youtube le ha censurado el corto-spot por su alto contenido erótico. Sabemos de la hipocresía de youtube que censura cualquier pezón pero permite videos que atentan contra los derechos humanos de las mujeres. Gracia me hace que lo censuren por caliente y no por sexista. Porque el corto de la Cruz es muy, pero que muy sexista.

pe3Ese protagonista macho-ibérico representado por Miguel Ángel Silvestre -que a mí ni fú ni fá, que soy mucho más de Hugo Silva-, ese peón de albañil que sueña con ponerse un traje, unas gafas de sol y que le baje una pivona en bragas de unas escaleras… y que una embarazada en actitud de colegiala caprichosa se le insinúe en picardías desde una esquina….Y sobre todo esas mujeres, que más objeto no pueden ser….mujeres que chupan pajitas, fragmentación de cuerpos de manual. Qué decir de que se encuentren a cuatro patas encima de las encimeras de la cocina.

El corto fomenta una visión hiper objetualizada de las mujeres, una imagen creada para el disfrute masculino, una masculinidad alfa, albañil que explota todos los estereotipos sexistas y presenta un país misógino, patriarcal y burdo. Hombres que miran y mujeres que son desnudadas y observadas. De verdad, de verdad, qué penita….qué antiguo todo